domingo, 26 de febrero de 2012

"Mi collar de percebes"


Once upon a time dos amigas estuvieron un fin de semana descansando por las playas gallegas y sus alrededores, entre tanto disfrutaban de la gastronomía del lugar, y aquí empieza esta historia.
Una noche una de ellas regalo a la otra una gran mariscada en Pantin, unos percebes de un tamaño que ya hacia trabajar a las papilas gustativas. Nunca había prestado atención a la forma de estos animalitos, ya que es bien sabido que son muy famosos en otros asuntos, que no viene a colación tratar, pero que todos sabemos vaya. Sin dispersarme más, la forma del percebe me pareció tan atractiva, bella, especial, digna de convertirse en parte de un objeto un tanto mas longevo, y así fue como pedí que me los guardasen en algún recipiente donde los pudiera transportar y me los traje a Madrid.
Los limpie con esmero, los barnice y los guarde a la espera de la llegada de la inspiración puesto que no se me ocurría que podría hacer digno de ellos.
Y ahora 8 meses después os dejo esta imagen, que vale mas que todas mis palabras.
Espero que os guste. A mi me fascina.

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